Los puentes dentales son prótesis dentales utilizadas para reemplazar uno o más dientes faltantes. Están compuestos por dientes artificiales que se sostienen en su lugar mediante coronas dentales colocadas en los dientes adyacentes.

La duración de los puentes dentales puede variar según varios factores, como el cuidado oral, la salud bucal general y los hábitos alimenticios. En general, se espera que los puentes dentales duren de 5 a 15 años. Sin embargo, con un cuidado adecuado y visitas regulares al dentista, es posible extender su vida útil.

El proceso de colocación de un puente dental generalmente requiere dos o más visitas al dentista. En la primera visita, se preparan los dientes adyacentes, se toman impresiones de la boca y se coloca un puente provisional. Luego, en la segunda visita, se retira el puente temporal y se cementa el puente dental permanente en su lugar.

El proceso de colocación de un puente dental generalmente se realiza bajo anestesia local, lo que significa que no debería sentir dolor durante el procedimiento. Sin embargo, es posible que experimente sensibilidad o molestias leves después de la colocación, las cuales deberían desaparecer en unos pocos días.

Los puentes dentales requieren cuidados similares a los dientes naturales. Es esencial cepillarlos dos veces al día con un cepillo dental suave y utilizar hilo dental o limpiadores interdentales para limpiar debajo del puente y alrededor de los dientes adyacentes. Además, se deben programar visitas regulares al dentista para verificar la salud del puente y realizar limpiezas profesionales.

En general, los puentes dentales son lo suficientemente fuertes como para permitir una alimentación normal y variada. Sin embargo, es recomendable evitar alimentos duros, pegajosos o muy fibrosos que podrían dañar o desalojar el puente. Tu dentista puede brindarte recomendaciones específicas sobre la dieta según tu caso.